El informe -realizado por el Instituto de Políticas Públicas de la U. Andrés Bello- tiene como objetivo medir los avances sociales y económicos que ha experimentado Chile en las últimas décadas, como también los determinantes que influyeron en ellos. Con ello, se busca entregar información fidedigna y basada en evidencia, para el desarrollo de políticas públicas en las distintas materias.
A nivel general, 5 de las 8 dimensiones consideradas en el estudio, arrojaron una movilidad social ascendente de esta generación respecto de sus padres. De esta manera, los números positivos vinieron de las dimensiones “nivel educacional”, “Habitabilidad”, “Acceso al consumo”, “Acceso a la salud” y “trabajo u ocupación”. Las tres dimensiones que obtuvieron resultados negativos (es decir, una movilidad social descendente) fueron “Interés Público”, vivienda propia” y “seguridad en el barrio”.
En el caso de “nivel educacional”, la mejor evaluada, el 61% de los encuestados manifestó encontrarse mejor que sus padres, superando por lejos a aquellos que están en un nivel inferior y que solo alcanzaron el 8,7%.
La dimensión “seguridad en el barrio” es aquella que, por lejos, tiene los peores resultados. De esta manera, solo un 1 de cada 10 encuestados aseguró tener un nivel de seguridad mayor en sus barrios que sus padres, mientras que el 51,3% dice que su nivel de seguridad es menor.