Se trata de un equipo de científicos del Centro de Bioinformática y Biología Integrativa (CBIB) de U. Andrés Bello que -tras 2 años de investigación – elaboraron una revolucionaria formulación, con la cual han logrado disminuir en un 87% la cantidad de polvo en el ambiente tras una tronadura, proyectando una mejora en la seguridad y salud de las poblaciones aledañas.
De esta manera, esta nueva tecnología contribuirá a mitigar uno de los principales problemas de la minería en base a tronaduras: la cantidad de polvo que genera que, además, contiene un alto contenido de metales tóxicos, entre ellos arsénico, y que debido al efecto del viento, este polvo se desplaza hacia poblaciones cercanas, pudiendo provocar problemas de salud en las personas que allí residen.
Este avance representa un paso significativo hacia una minería más sostenible y resalta la importancia de la investigación científica con impacto concreto en un sector clave para la economía del país.