El gasto que realizan las personas de su propio bolsillo para costear medicamentos ha alcanzado niveles preocupantes. Así lo demuestra el estudio realizado por Instituto de Salud Pública (ISP) de la Facultad de Medicina de U. Andrés Bello, que analizó la evolución del desembolso en fármacos entre los años 2011 y 2024, detectando un aumento en términos reales de un 80% en dicho periodo.
Según el estudio, los medicamentos más consumidos en Chile están destinados a tratar enfermedades cardiovasculares, del sistema nervioso, digestivo y metabólico. Esto se alinea con el perfil epidemiológico del país: la mayoría de las personas mayores de 65 años vive con al menos tres enfermedades crónicas, lo que implica tratamientos permanentes y costosos.
Actualmente, la legislación cubre principalmente los medicamentos hospitalarios. Los tratamientos ambulatorios, fundamentales para enfermedades crónicas, siguen sin respaldo adecuado. “Las personas de bajos ingresos no pueden financiar sus tratamientos crónicos, con lo cual hay una inequidad tremenda a la hora de recuperar la salud”, señala Héctor Sánchez, director del ISP UNAB.
En esa línea, el estudio sugiere que, si se logran controlar los gastos por licencias médicas mal utilizadas y se mejora la eficiencia del gasto hospitalario público, se podrían financiar completamente los medicamentos ambulatorios.