Los resultados del estudio -realizado por un equipo de científicos del Centro de Biotecnología Vegetal (CBV) de U. Andrés Bello– fue publicado en la prestigiosa revista científica Plant Physiology, y demuestran que esta especie presenta una notable plasticidad fisiológica que le permite modificar su metabolismo según la disponibilidad de agua.
Esta capacidad de adaptación no solo revela el secreto de la Pata de Guanaco (Cistanthe longiscapa), sino que también podría inspirar el desarrollo de cultivos agrícolas más resistentes a la escasez hídrica. “La información que estamos obteniendo puede ser utilizada para generar -en el futuro- especies agronómicas que crezcan con menor cantidad de agua, utilizando herramientas como la edición genética o el mejoramiento tradicional”, subraya el Dr. Ariel Orellana, director del CBV UNAB.
“Actualmente, ya logramos secuenciar el genoma completo de la planta y estamos avanzando en comprender cómo funcionan los genes involucrados en su resistencia. Este es un paso muy importante hacia el desarrollo de cultivos más preparados para el clima del futuro”, concluye el académico.